top of page

GUIA 3 - ENSAYO - Importancia del conocimiento de las diferencias culturales para el desarrollo de n

  • Astrid Fabiola Rozo Mateus
  • 12 sept 2015
  • 6 Min. de lectura

A pesar, de la tendencia generalizada de querer imponer una supra cultura globalizada y de pretender eliminar la autenticidad, trayectoria y particularidad de cada comunidad gracias al uso generalizado y constante de los avances tecnológicos y de telecomunicaciones que predominan en gran parte del planeta, intercomunicando y generando estrechas relaciones en puntos divergentes, pero solo a través de la terminal de computadora. Es decir, tendencia que se comprueba a través de las redes sociales pero en el momento de desarrollar una negociación comercial, laboral, diplomática o política se evidencia las tradiciones, costumbres y legados que pueden beneficiar o entorpecer el resultado esperado.

Por lo anterior, no solo es necesario reconocer las condiciones climáticas del país que se va a visitar también, es fundamental investigar sobre las variables que caracterizan las relaciones personales, laborales, comerciales y culturales de las personas. Información que genera un valor adicional que permita una estadía placentera, en lo personal y unas conclusiones positivas, con relación a lo laboral o comercial. Por consiguiente, en las siguientes líneas se presentará la relevancia de conocer las diferencias culturales para el establecimiento de relaciones internacionales productivas.

Retomando, nuevamente la preponderancia de los redes sociales y la creación de una sociedad que convive por encima de la realidad mundial. En la cual, se ha establecido un lenguaje visual, fonético y escrito que los diferencia y los agrupa por intereses alejando los parámetros preestablecidos y las formalidades que han imperado en las diferentes comunidades. Situación, que varía con la interacción física personal y más aún, con el desarrollo de actividades laborales, comerciales y económicas entre personas de diferentes países.

Y es acá, cuando surge el escenario real en el que se desenvuelven las actividades diarias de la vida de los seres humanos. Actividades que involucran como actor principal el lenguaje como medio de expresión sobre la base de la herencia adquirida a través de las costumbres de cada nación para hacer las cosas y para atender las obligaciones laborales, comerciales, financieras o simplemente, sociales.

Como dice Shaw (citado por Solomon & Schell, 2010) “El hecho de que usemos las mismas palabras no significa que utilicemos el mismo idioma” (p. 156). En especial, cuando se desarrollan negociaciones a nivel mundial en diferentes países y con un idioma distinto al nativo. A su vez, la multiplicidad de gestos, actitudes y expresiones que acompañan la comunicación entre las personas, dificulta, aún más la posibilidad de entender el mensaje y poder unificar criterios en torno a un tema, procedimiento o medida a ejecutar.

Surge, un nuevo elemento para poder entender que las diferencias entre naciones entorpece el desarrollo de las demás actividades programadas en una negociación, si no existe el debido conocimiento. Por un lado, está el manejo del tiempo para adelantar el encuentro y organizar los temas pendientes y por el otro, la costumbre para recibir y atender al extranjero. Es decir, priorizar el encuentro comercial ante el trato personal o viceversa. De este choque, entre la forma y el tiempo que se destina para hacer la negociación o recibir la presentación del proyecto y la manera como se agasaja la presencia del extranjero es un nuevo obstáculo que afecta la planeación estratégica a corto, mediano y largo plazo.

Pero, el verdadero problema no es si se malgasta el tiempo en atención social o si no se pudo interpretar las señales que envían las personas o cualquier otra situación que se presente al interactuar dos culturas totalmente disímiles. El principal problema es la incapacidad de ajustar a las necesidades y condiciones del entorno la actitud y la disposición para llevar a término el encargo. Al igual que, la imposibilidad de reconocer cuando los supuestos obstáculos son trampolines que impulsarán el proyecto o la negociación al éxito.

Hasta aquí, todo ha sido reconocimiento de inconvenientes pero cuando las partes interesadas ceden y concilian, posponen temas delicados para buscar la mejor opinión y tomar decisiones acertadas, se avanza en el proceso de negociación y se encuentra el punto medio que equilibre las expectativas, las necesidades y las capacidades en beneficio de todos.

Sin embargo, no es suficiente que la empresa asigne recursos y capacite a su personal para afrontar una nueva sede en un nuevo país o el desarrollo de una presentación física ante ciudadanos de diferentes partes del mundo lo que importa es la comunicación, la motivación y afianzar las capacidades para generar cambios, para ajustarse a las variaciones de la agenda de negociación y para invertir la resistencia con hechos y poder establecer las bases para una relación duradera y prospera.

Por todo lo anterior, se debe vincular la tendencia inicial a vivir en un mundo globalizado e intercomunicado con la posibilidad de crear un espacio global para negociar o adelantar la interacción comercial. Sin embargo, no es necesario despojarse de la cultura particular pero si, crear alternativas de comunicación y de resolución de inconvenientes que traban los procesos para avanzar en la consecución de los objetivos de cada negociación.

En este espacio, el trabajo se soportaría sobre el respeto a la diferencia y la posibilidad de reconocer en las historias típicas de cada país la información vital para interpretar la motivación y la propensión del participante en la negociación. Nuevamente, se adquiere información vital para inclinar la balanza a favor y conseguir de forma indirecta la aceptación de las condiciones expuestas en beneficio de las partes.

De igual manera, la observación es una herramienta valiosa y muy económica que suministra información importante para continuar con la modificación del espacio para negociar de forma global y de la manera como se pueden adelantar las conversaciones, según la disponibilidad de las partes. Es decir, reconocer en lo más sencillo la información necesaria para capacitar al recurso humano y retroalimentar la negociación.

Así, se puede reforzar el proceso que atraviesa la economía mundial, globalizar el conocimiento y el espacio para poder desarrollar negociaciones debidamente ajustables a las necesidades y tendencias del mercado sin perder la esencia personal que reside en la cultura abonada con el paso del tiempo en cada país en el mundo.

Si bien, se ha reconocido que existen diferencias entre las culturas también lo es la forma en que cada país u organización aborda el tema de las negociaciones. En este contexto, existen diferentes teorías que intentan definir y fortalecer el estilo de negociador dejando de lado las costumbres y potencializando las habilidades, capacidades y alcances del negociador para conseguir la aceptación de las condiciones o el desarrollo del negocio.

Las cuales, han generado excelentes resultados para ciertos tipos de negociaciones pero no son la respuesta específica para cada caso. Por lo tanto, se requiere contar con un profesional que pueda extraer de las diferentes situaciones oportunidades para el beneficio de la empresa o de la comunidad.

Al mismo tiempo, diferentes autores han clasificado las tendencias y las características más sobresalientes en las diferentes culturas del mundo para aportar de forma organizada información que pueda contribuir con la aceptación de la diferencia de cada ser humano y con el reconocimiento que es un ser que posee condiciones, cualidades y experiencia para impulsar los procesos. (De la Garza, Guzmán, & Hernánadez, 2009)

Con relación a lo anterior, es importante reconocer que las diferencias culturales si influyen sobre el desarrollo de la negociación y sobre las consecuencias, de la misma. Mientras, las sociedades individualistas, informales y de occidente preservan ciertas tendencias del negociador, las otras culturas, actúan en oposición. (Christopher, Pesantez, & Rizvi, 2005)

Por último, para concluir se debe exhortar a los líderes de grupo, a los negociadores que representan organizaciones o empresas que se benefician de las oportunidades que brinda la globalización que ajusten su estilo de negociación según el ritmo particular de cada negociación pero, que no pierdan la autenticidad de ser ciudadanos de un país en especial. Es decir, no perder la nacionalidad por desplazarse al nuevo mercado global.

Referencias

Bibliografía

Christopher, H., Pesantez, M., & Rizvi, S. (2005). Cross-Cultural Communication and Negotiation – Spring 2005. Obtenido de Cross-Cultural Communication and Negotiation – Spring 2005: http://www.hooper.cc/pdfs/cross-culture_negotiation.pdf

De la Garza, M., Guzmán, E., & Hernánadez, D. (2009). Consideraciones culturales y personales en torno a las negociaciones internacionales. Revista Journal, 64-89.

Solomon, C. y Schell, M. (2010). Diversidad cultural en los negocios. Técnicas efectivas para dirigir a través de las fronteras. México D. F.: McGraw-Hill. Partes III y IV.


 
 
 

Comentarios


© 2015 por Grupo XXXXXXX. Creado con Wix.com

bottom of page